No hace falta ser sabio como el alemán para sonreír cuando escuchas que el Madrid será aplastado, pero si guardas cinco copas de Europa en la americana lo haces de otra forma.
Estábamos preparados para la despedida, no para las emociones que desató Roger Federer en su último baile.
Queríamos que Marías no hubiera muerto, que el día hubiese llegado para cualquiera de los hombres mediocres o malvados, o las dos cosas, que pisan la tierra.
Febrero de 1976. Seymour Stein, cofundador de Sire Records, llega al estudio Plaza Sound, en la séptima planta del Radio City Music Hall de Nueva York, tres horas después de que los Ramones hayan empezado a grabar su primer disco y pregunta: “¿Cómo va todo?”. “No muy bien”, contesta Johnny Ramone, “solo hemos grabado siete canciones”.
Pocas veces el Madrid ha recibido con tanto gusto la vuelta de la Copa de Europa, y no hablamos de 2022 ni de la liga en curso, acaso de su desprestigio.
El galés ha sido un futbolista muy moderno para los modernos y muy antiguo para los antiguos, como Florentino Pérez
Allí ha pasado de todo. Allí murió el Ancien Régime, pero el Madrid vuelve hoy a buscar una nueva Copa.